Desde hace un par de siglos, el pavo es una postal indiscutida de las mesas estadounidenses durante esta época del año.
En su forma clásica, suele ser acompañado de un relleno hecho de pan de maíz y salvia, una salsa de arándano rojo y vegetales. Para prepararlo de forma segura y que todos puedan disfrutar de la nutritiva carne de pavo en estas festividades, sigue estos consejos:
Debes graduar la temperatura de tu horno aproximadamente a 325 ºF (190.55 ºC).
Si deseas rellenar el pavo, mezcla los ingredientes del relleno justo antes de colocarlos y cuece el pavo inmediatamente.
El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) recomienda utilizar un termómetro para alimentos con el fin de verificar que la temperatura interna del centro del relleno sea la adecuada.
Éste debe colocarse en la parte más profunda del muslo y del ala y en la parte más gruesa de la pechuga. Un pavo entero resulta inocuo cuando se cuece hasta alcanzar una temperatura interna mínima de 165 ºF (73.88 ºC).
Los pavos congelados o parcialmente descongelados necesitarán alrededor de un 50% más del tiempo recomendado de cocción que aquellos que se encuentren descongelados.
Recuerda que estos tiempos son simplemente pautas, la opción más segura es recurrir al uso del termómetro y así evitar peligros para tu salud.
Los siguientes datos deben tenerse en cuenta para pavos frescos o que se hayan descongelado completamente, según indica el USDA:
Recomendaciones útiles
¡Atención! Los pavos que compres rellenos y congelados con el sello de inspección del USDA en la envoltura, son sanos.
Esto se debe a que han sido procesados de acuerdo a las medidas sanitarias de control y no se deben descongelar antes de cocinar. Debes seguir las instrucciones que se especifican en el envase.
Un dato a tener en cuenta es que enjuagar un pavo crudo puede propagar más bacterias de las que en verdad se eliminan.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Drexel, en EE.UU., afirma que es mejor pasar los pavos directamente del paquete a la fuente, ya que el calor necesario para cocinar matará cualquier bacteria que pueda estar presente, sin la necesidad de fregar el ave.
La negativa de los expertos sobre el lavado de la carne y el pollo crudo antes de cocinarlos se debe a que muchas bacterias se encuentran débilmente unidas y cuando enjuagas estos alimentos pueden propagarse por tu cocina.
También debes recordar que es importante mantener las carnes crudas separadas de todos los demás alimentos. Para ello, utiliza tablas de cortar y utensilios diferentes a los que utilices para los vegetales.
La Salmonella es la causa más común de enfermedades transmitidas por alimentos, afecta a alrededor de 1.400.000 personas por año en EE.UU. Esta infección se vuelve más frecuente durante el verano y aun no existe una vacuna para prevenirla.
El riesgo de que se convierta en un integrante de nuestros platillos se debe a que la bacteria se aloja en carnes, pollos, huevos y lácteos. La única forma de cuidarte de esta infección depende de tomar medidas rigurosas en la cocina.
"El manejo inseguro y la cocción insuficiente de su pavo pueden llevar a enfermedades graves transmitidas por los alimentos", explica Maria Malagon, Directora de Educación de Seguridad Alimentaria del USDA FSIS.
"Los pavos pueden contener Salmonella y Campylobacter, patógenos dañinos que solo se destruyen al prepararlos y cocinarlos adecuadamente", agregó.
Mientras el mayor riesgo lo representan los huevos, podemos evitar posibles contaminaciones cociendo muy bien la carne y aves de corral sin dejar partes rosadas en el medio.
¡Feliz día de Accion de Gracias!
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